Blogia
pusilamia

Karunas Elektra Emporium Déspota

Karunas Elektra Emporium Déspota

Ni yo sé lo que significan esas palabras. Sólo son un nuevo cortafuegos, una nueva pared argamasada con la dureza de toda la incomprensión posible, un nuevo bloqueo inconsciente para que nadie me encuentre. Entonces, si no quieres que nadie te lea, ¿para qué escribes? Supongo que por enfermedad (mis dedos no pueden dejar de teclear, aún después de ocho horas diarias de sobar plástico añejo en el trabajo); o por inercia. ¿Acaso importa? ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué pensamos en por qué hacemos lo que hacemos? ¿A quién le importa el por qué pensamos en por qué hacemos lo que hacemos? A mí no. Ya no. Antes sí. Antes me ahogaba rumiando pensamientos, rememorando los porqués. ¿Para qué? Me dije un día. Déjate llevar. Será más divertido. Lanza los dados y que el azar meza tu destino. Y si sale un seis sonríe y disfruta; y si sale un uno, ahógate en la desesperación unos segundos, los que tardarás en comprender que la próxima tirada está a la vuelta de la esquina. Hazlo. A diario, pero nunca vuelvas a preguntarte por qué lo haces. Acción y reacción, nada de elucubración. Cedant las togae, aunque cedant también las armas. Vive, coño.

0 comentarios