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pusilamia

Do you know what I mean?

Flotan los sentidos en sordina estridente, macerados en un vaho de demencia inherente. Irreverente. Cae la cordura desde altos vuelos, estampándose rápido contra el raudo suelo. Lleno de cristales afilados, esparciendo sus restos -a los 4 vientos- exterminados, de sangre encharcados... Desacelerados... Pelín masacrados. Lo siento: soy un imperfecto. Es cierto. Discrepo. ¿Del cepo? ¿Acaso no basta una buena señal? ¿Serán las estrellas capaces de hablar? Y la pescadilla se muerde la cola. Será este el momento de encender la gramola. Virtual, por supuesto. No habría otra posibilidad. Quizás. La muerte me ronda, no deja de enredar, en su telaraña ¿me voy a embalsamar?. Jamás. Ojalá. Se verá. ¿Cuando? Tomorrow. Y su oreja. La de esa pendeja. Será ella mi pieza, el trofeo que voy a abatir. ¿Sin dormir? Es probable. ¿Qué rimes en bable? Y hasta en galés. ¿Cómo crees? Mañana a estas horas todo habrá terminado; y entonces el Raposo se habrá contentado. Y saciado. ¿Seguro?. No lo dudo. O quizá me metan un puro. Enculado. Podría terminar derrengado. O maltratado. O morado. ¿Qué mas da? Mejor no lo pensar. Terminó. Sefiní. Sefinó. Sefiní. Sefinó. Tralarí. Tralaró. Se acabó.

Me giro al establo, me doblo y me abro.

Será lo que Dios quiera y el diablo nos permita.

¡Seguro!

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